Campo base

Son las 21h25, hemos terminado de cenar un tallarín con papas fritas que nuestro buen cocinero Gulam con mucho cariño nos ha preparado.

Hoy ha sido la segunda vez que subimos al campo 2, salimos el jueves 5 porque el lunes y martes hizo muy mal tiempo y nevaba mucho en la montaña. Decidimos esperar hasta el miércoles para que mejoren las condiciones de la nieve. Salimos a las 5h30 de la mañana del jueves, con un espectacular día. Carlos, José y yo íbamos preparados para un ataque a la cumbre. El parte metereológico nos daba información de solo dos días de buen tiempo. A pesar de esto, nos la jugamos con toda la ilusión del mundo y fuimos muy cargados con todo el equipo para el ataque. Así, llegamos a las 2h30, después de nueve horas duras de trabajo hasta el campo 2 a 6300 m.

Luego el pequeño problema que teníamos era que todos los sitios que había para poner una carpa estaban ocupados y la carpa que llevábamos era más grande. Nos tocó trabajar dos largas horas para lograr hacer una buena plataforma y recién a las 4h30 nos metimos dentro de la carpa a descansar.

De cena comimos un poco de puré de papas y chorizo y un capuchino que estuvo muy bueno. Como no tuve espacio por el peso y la capacidad de la mochila, decidí no llevar sleeping. Dormí con el traje de plumas y tapado con una sábana térmica, no fue la mejor noche en la montaña pero al menos no me morí del frío.
En la noche nevaba y en la mañana decidimos bajarnos porque estaba oscuro el tiempo y amaneció nevando. Bajamos muy rápido y a la 1h30 llegamos al campamento base a almorzar. Nuestro compañero Alberto nos esperaba con una rica Paella.

Quedó todo el equipo de altura para la cumbre en el campo 2, colocamos dos carpas en el campo 2 y una en el 3, y todo está listo para el ataque definitivo a la cumbre. Este año la montaña nos lo ha puesto difícil a todos. Desde el campo 2 a 6300m nos hemos encontrado con mucha nieve. Allí mismo nos vimos con Silvio Mondinelle, Iván Vallejo, Edurne Pasaban y tres porteadores de altura, quienes nos han comunicado que han llegado hasta el campo 3 y que había mucha más nieve.

La única forma de conquistar la cima este año es esperar y trabajar todos como un solo equipo, juntos para turnarnos abriendo huella hasta la cima desde el campo 3. Es un trabajo titánico y el clima no nos ha dado tregua alguna: muchos días de mal tiempo, nevadas a tiempo completo y por ende la montaña está muy cargada.

Ahora afuera, por un momento, todo está despejado, el K2 brillante y hermoso como siempre y las estrellas llenan el cielo. El último parte que tenemos es que desde el lunes 9 hasta el jueves 12 viene la ventana de buen tiempo, todos estamos a la espera de esta ventana para atacar la cima y trabajar los que estamos listos a la cima.

Estos días, en total 14 de mal tiempo han sido de mucha paciencia y de un aprendizaje de mi mismo. Esperar sin tener una información buena del clima es a veces muy tensionante y los informes no siempre son exactos. Lo que queda es tener FE en Dios, de que este informe sea real y tengamos la ventana tan esperada para el ataque a la cumbre este lunes.
A mí me quedan menos de 20 días en el campo base, mi visado a España acaba el cinco de agosto. Lo he dado todo de mí, el 100% en todo sentido, he trabajado mucho personalmente para preparar el ataque a la cumbre y ahora ya solo la montaña tiene la última palabra.

Quiero compartir con todos ustedes como me siento en este momento. Entiendo en mi razón, que muchas veces los resultados no pueden ser manejados por nosotros mismos y que entregárselos a Dios es una liberación de asumir las culpas que puedan generarnos estos resultados o cualquier sentimiento que nos generen, tan solo el hacer este ejercicio, ejerce sobre nuestra actitud una conciencia de que no estamos solos en este mundo. A veces extraño lo que no tengo en este momento, pero siempre pasa que es justamente cuando no tengo lo que extraño, cuando siento que más me hace falta y es porque no puedo tener una respuesta de los resultados ni predecir el futuro. En estos momentos no puedo hacer otra cosa que soltar y dejar los resultados en manos de Dios. Hoy justamente cuando bajaba pensaba en mi tiempo, ya se me acaban los días aquí y me genera una tensión no haber subido a la cumbre, pero no me puedo ir en contra de las reglas de la montaña ahora ella esta cargada de nieve y sería muy arriesgado abrir huella entre tres o cuatro personas. Necesitamos un equipo fuerte para poder llegar a la cumbre y esas son las reglas. Es un trabajo de paciencia, mientras yo ya estoy listo y los otros llegan al campo base y hacen su trabajo de aclimatación, me cuesta poder esperar a que ellos estén listos para el ataque a la cima.

Pues ahora la montaña quiere que así sea. Que el trabajo sea en equipo y que de ese equipo sean los elegidos los que lleguen a la cumbre.

Como hasta ahora, muchas veces mi ilusión ha sido más grande que mis miedos. Y los resultados serán de esa ilusión, sueño, pasión que le he puesto y que Dios trabaje en esos momentos en que no he tenido respuesta alguna de lo que va a pasar. Como por ejemplo no saber si es que todo el trabajo de cinco años por volver a las expediciones y los implementos de mis pies iban a funcionar tan milimétricamente, que no tendría ninguna molestia, y ahora, gracias a Dios no he tenido inconvenientes.

Claro que si les pudiera contar cuánto me cuesta lograr solamente colocarme las botas de montaña para subir, no podrían creerlo.Ahora puedo solamente agradecerles a todos una vez más y compartir con ustedes este pequeño trabajo llamado la entrega de lo desconocido a alguien que está siempre junto a nosotros.

Muchas gracias y a pesar de cualquier resultado, estoy muy agradecido con la vida y con Dios de estar aquí luchando por un sueño que parecía inalcanzable.

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