Días 6, 7 y 8. Viernes 23, sábado 24 y domingo 25 de enero de 2009
El Chiles 4720 m, el Fuya Fuya 4283 m y el Cerro Negro 4263 m.
Hoy finalizamos con éxito total estos tres días. El sábado salí desde Tulcán rumbo a El Chiles, montaña que queda en toda la frontera con Colombia (de hecho mucha gente cree que es una montaña netamente colombiana, pero sólo una parte de ella está en territorio colombiano y la mayoría en territorio ecuatoriano).
A las 9h00 ya habíamos llegado a la carretera que pasa por Tufiño donde a 3900 m hay una gran antena, punto donde empieza la caminata.
La montaña estaba muy nevada, lo cual no es muy usual en El Chiles. Estaba nublado. Esta vez decidí subir con mi prima Paulina que me acompañó este tramo. Cruzamos el páramo y nos adentramos por una arista pedregosa hasta llegar a la laguna que queda en la base misma de la montaña. Había que ir abriendo huella a cada paso y teníamos que tener mucho cuidado de no caer ya que no habíamos llevado crampones para la nieve. Yo iba marcando la ruta con hitos (montículos de roca).
Llegamos a la primera arista y visualizamos la cumbre al fondo, a la que llegamos a la hora y 20 de ascensión. Desde la cumbre escuchamos unos gritos con un gran estruendo de rocas, el cual nos hizo pensar que otro grupo había tenido un accidente. Resultó ser que dos muchachos gritaban del frío dentro de las heladas aguas de la laguna y habían botado unas rocas dentro de ella para ver su profundidad. ¡Vaya susto!
En la noche fuimos a dormir a una Hostería hermosísima en Chachimbiro llamada Hostería Pantavi a tan solo 15 minutos de Ibarra. Nos recibieron muy contentos. Hoy domingo fuimos al sector de Mojanda. Subí primero al Fuya Fuya, esta montaña es muy significativa para Claudia y para mí porque fue la primera montaña que subí luego de regresar de España con las amputaciones, a finales del 2002. En esa época, subí junto a Claudia y con el Club de la Católica, yo estaba con muletas y tenía muchos dolores en mis pies. Hoy subí nuevamente con Claudia, recordando aquellos momentos, pero feliz y sin dolores, agradecido con Dios y con la vida.
Luego de bajar fuimos por un camino muy lodoso, nuevamente practicamos el 4×4. Por suerte, el chofer que está con nosotros en este proyecto, Marco, sabe muchísimo de este manejo y pudo llevarnos a salvo a la base del Cerro Negro. Digo a salvo porque el camino lodoso tiene a un lado precipicio y daba un poco de miedo cada vez que el auto se resbalaba hacia ese lado.Por fin llegué a la cumbre. Era la primera vez que subía este montaña. Muy linda por cierto.
Como estaba un poco nublado me confundí en el camino un poco pero después volví a al correcto. Ahora ya estoy almorzadito y contento. Vine a un internet para escribirles. Sólo pienso en ir a esa hermosa hostería otra vez a ducharme y descansar. Mañana haré el Imbabura. Ojalá haga buen tiempo.