Combatiendo mis miedos

Ayer que desperté, mi pie tenía una temperatura más caliente de lo normal, sobretodo en la parte de la herida que tengo, de la cual salió una pequeña gota de pus. Mi primer pensamiento fue de pánico. Mi mente se bloqueó con pensamientos negativos pero a los pocos minutos me di cuenta que todo era un juego de mi mente y de  que si yo estaba jugando el juego de crear el caos y fracaso de este viaje, yo también podría crear lo contrario, así que comencé a pensar en las posibles soluciones y luego manos a la obra. Curé, desinfecté el pie y después salí a comprar los antibióticos. Con eso ya actué y empecé a pensar positivo y a mantener la Fe.

Aunque no lo crean, hoy día, el pie está mejor. Ya se controló la infección y la herida está cerrando, pero en realidad no son los antibióticos, es la creación de mi mente cuando juega a pensar positivo y crear un destino o una situación o suceso.  Ahora, a pesar de tener este “secreto”, de haberlo vivido,  mi mente sigue pensando a veces negativamente, y estas pruebas de vida son las que hacen que la fe sea vuelva cada vez más inquebrantable, que el destino y la confianza lleguen luchando en estas distancias y alturas del Himalaya.

Ahora estamos a tres horas de salir hacia el último lugar habitado por humanos rumbo a las montañas, llamado Askoli. Desde ese poblado nos esperan seis días de largas jornadas de camino, acompañados de 50 porteadores que llevarán todo lo necesario para vivir en el campo base del G2. Mando un abrazo a mi esposa que está siempre acompañando estos viajes con su gran carácter y su amor incondicional.  Y un enorme agradecimiento a Salud S. A. y Chevrolet y sobretodo, al Ecuador.

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