Quetena Chico, el pueblo más frio del mundo

 

Ibamos por la 7ma cima, llegamos a Uyuni y un paro bloquea la entrada a la ciudad.

Buscamos una ruta alterna y llegamos llenos de polvo y cansados al primer hotel. Después del DAKAR 2013 todo está al doble de precio en UYUNI.

La idea era ir a Qutena Chico, poblado que está a seis horas de camino de tercer orden al otro día.

Pero tenemos que resolver dos problemas: primero Claudia tiene que regresar al Ecuador urgente por una emergencia familiar, habìa que buscar còmo hacerlo y luego, no hay diessel en el pueblo por el bloqueo.

Conseguimos lograr cambiar sus pasajes y comprar un vuelo de Uyuni a La Paz, todo un trámite, luego partimos a Quetena Chico. Fue duro separarnos, esto no estaba en nuestros planes pero tocó aceptarlo.

Después de una bajada de llanta y de tragar polvo, llegamos al pueblito más abandonado, con pocas casas de barro y paja. Nos alojamos en el hotel Quetena.

La señora nos dice que cuesta 30 bolivianos (que son 4 dólares) y le pedimos que nos cocine algo para comer.

Nos acomodamos y esperamos 1, 2, 3 horas hasta que la cena hecha con leña esté lista. Comemos y llega la noche. El frio afuera del pueblo era 20 bajo cero.
Tomamos un té y dormimos.

A las 5 suena el despertador del reloj, cuesta levantarse. Llega el guía local, la comunidad tiene una regla que cada extranjero suba con guía y el costo es 70 Usd.

Tomamos café y salimos. A los cinco minutos tenemos problemas con el diesel que se está congelando y se apaga el 4×4.

He esperado un mes para subir esta montaña que era la primera y ahora cuando salimos pasa esto, me siento frustrado y pienso, pienso qué hacer, se me ocurre alquilar un auto de gasolina. Bajamos al pueblo, buscamos y nada, no hay 4×4.

Llamo a Claudia y después de hablar con ella como un angel, se apaga la luz del diesel de la pantalla y gritamos de alegría, eran las 7 am y perdimos dos horas pero todavía podíamos ir.
Subimos a los 5600 m. por el camino minero, llegamos y todo en calma.

 

Salí rumbo a la cima con el guía local, el camino es corto y en hora y media llegamos, estamos en la #7, me emociono mucho porque he logrado la mitad de algo que jamas pensé era posible conseguir.

Filmo, tomo fotos, escribo en el libro de cima y llamo a radio La Red. Es la primera entrevista desde una cima en vivo con el Ecuador.
Después de un frio de 10 grados bajo cero y estar una hora en la cima, bajamos.

Hay que ir a Uyuni, el camino es largo y faltaba mucho.

Bajamos por el cráter para coger muestras de azufre, el olor es impresionante, a huevo podrido.

Dejamos al guía y le compramos un gorro de lana, nos despedimos, y después de seis horas de camino estamos en Uyuni, el paro sigue y mañana hay que arreglar la llanta y poner diessel.

Tomo una ducha caliente, qué rico, a lo años…

 

PARTE 2. LA MINA DE AZUFRE
Amanece el 18 de julio, voy a conocer el Salar de Uyuni y cruzarlo, hoy vamos a Alto Toroni, una montaña desconocida en Bolivia pero de 6000 metros.

Arreglamos la llanta y conseguimos Diessel , le compramos a un tractorista que vende a 2 bolivianos más caro, pero llenamos el tanque y tenemos 40 litros extras. ¡Yupi! vamos al Alto Toroni.

Al llegar al Salar me impresiona su magia y belleza, es como la flor de la vida y es tan brillante, como un chakra del planeta.
Después de tres horas a 100 km/ hora llegamos al final de esta maravilla del mundo, me da pena que Claudia no lo conoció, pero le prometí que vamos a ir al final del proyecto.

Vamos en dirección a LLICA, poblado para entrar al Alto Toroni.

En Llica almorzamos, arroz con huevo y sopa de carne. La señora se conmueve con la D- MAX 4×4 y nos cuenta que le robaron una igual y se pone a llorar, no sé qué hacer, pero si fuera millonario me darían ganas de comprarle una nueva.

Nos explican que en la montaña esta la frontera y hay en el lado chileno minas para que la gente no se pase al otro lado, de verdad me asusto con esa historia y pienso que no voy a pasar al lado chileno.

Vamos a Buena Vista, otro pueblo más, viven de la minería , la agricultura , y el turismo que en este caso es escaso.

 

Al llegar a Bella Vista, nos dicen que para ir a la montaña hay dos trancas y que las llaves las tiene un señor que vive a 10 cuadras, que le preguntemos a él.

Llego donde este personaje, me recibe medio asustado pero me escucha, le muestro en mi libro la foto de la montaña y le digo que mi único deseo es subir a la cima, no más.

El personaje se llama Dionisio y es el dueño de la mina, tiene mucha plata y resulta que al proponerle ir a que nos abra, le prometo traerle a su casa ida por vuelta y le convenzo finalmente. Vamos para arriba.

Subimos y en la tranca # 1 el candado es otro, no hay las llaves, rompo el candado (Chino por suerte) y seguimos a la segunda tranca, donde antes de llegar vemos una bicicleta en el camino, qué raro pienso. Llegamos y abrimos la tranca y aparece el personaje de la bicicleta, es el cuidador de la mina, quien nos esperaba a la bajada con dinamita para hacernos bolar la camioneta.

Es que el problema de las minas es que se toman a la fuerza, como en una guerra y ellos se defienden con dinamita.

Reconocen a don Gregorio, nos saluda y todo está bien. Uff gracias a Dios.

Ahora a dejar al señor y correr para que no se haga de noche.

 

Hemos vuelto a la mina, y ahora a subir por el camino de 4×4 hasta los yacimientos de azufre. Son nueve kilómetros, avanzamos y hay que mover rocas que han caído. A las 7: 15 llegamos a los 5500 metros hemos logrado lo inédito, la ruta es una incógnita aún pero ahora a poner la carpa, a cocinar y dormir.

Cenamos tallarín con sopa de choclo y té de genjibre.

Esta montaña la tengo que subir solo y por suerte he comprado el libro de Willy Kenith de los seis miles donde hay detalles de esta.
Salgo a las 6:30, subo por una morrena muy descompuesta, hasta alcanzar la arista, la amada arista, y continuo, bajo, subo, vuelvo a bajar, subo de nuevo y el GPS no pasa de 5700 m, me angustia porque parece que la cima no llegará a 6000.

 

Al final por una morrena rojiza veo de nuevo el GPS y marca 5990 m, al poco tiempo estoy en la cima, 6004 metros y lloro de emoción, es la # 8. Bajo corriendo al 4×4 y a las 10:30 estamos de regreso, ahora a LLica para almorzar, poner diesel y ver a dónde vamos.

Don Jorge es mi compañero de aventura , él maneja y me lleva a las bases de los cerros para que yo suba a las cumbres, gracias don Jorge.
Hemos decidido ir a Sajama. Cruzamos otro salar y por un camino que solo don Jorge conoce, llegamos a las 7 pm a Sajama agotados y decido que al otro día voy a subir a las 8 am el Acotango. El viento se va a incrementar de nuevo y es el último chance de venir a la cordillera occidental, y quiero irme de aquí con mis 10 cumbres para relajarme en La Paz y pensar en lo que se viene.

 

Hoy he subido el ACOTANGO, la # 9, solo otra vez como el anterior pico. Estoy contento de que el proyecto en el que creí esté saliendo bien. Agradezco a Dios, a los ángeles, a Amma y Baghavan por su ayuda divina y a todos los que nos escriben, siguen y apoyan, y claro a los principales, los patrocinadores que creyeron que era posible hacerlo, que tenía la fortaleza para aguantar este ritmo endemoniado de subir a la cima, bajar, empacar, viajar cientos de kilómetros sin comer bocado en horas, llegar, preparar y salir de nuevo para otra montaña. Esto es amor a lo que hago, y hay algo que me impulsa a seguir, a darlo todo para llegar a la cima, para después relajarme un par de horas y prepararme de nuevo para otra cumbre.

 

Mañana me espera otra montaña, el Capurata y con ella unas siete horas de caminata dura. El viento se pronostica a 65 kilómetros por hora pero voy a intentarlo. Mientras les escribo afuera ruge el viento, asusta , pero es así como los montañistas tenemos que trabajar a veces, con el viento en contra, pero con el corazón en la mano para subir a nuestra libertad, la cima.

Gracias a todos ustedes por pensarme y echarme bendiciones y gracias a mis patrocinadores:
Salud S.A. Chevrolet, Ministerio del Deporte.

A mis colaboradores:
Supermaxi, Adidas, Continental, Fundación ROMP y Kamex,

Un abrazo para todos.