Diario de expedición N. 4
Dhaulagiri, 8167 msnm
La inmensidad de la montaña sobrecoge el alma
Queridos amigos,
Aquí estoy sentado escribiéndoles en el campo base del Dhaulagiri. He venido a cargar la compu y el teléfono satelital en la tienda comedor, que tiene forma de un iglú para ocho personas. Afuera nieva y hace mucho frío, tengo los pies helados y todos están en sus tiendas durmiendo.
Hoy bajamos de la montaña y hemos finalizado nuestra aclimatación para intentar alcanzar la cima de esta montaña sin oxígeno y mi compañero Mingma Sherpa si lo usará para escalar juntos.
Algunos salieron apurados a terminar su aclimatación en esta inmensa montaña llamada Dhaulagiri 8167 metros la MONTAÑA BLANCA.
Todo ha sido muy rápido en estos días. Salimos el 22 rumbo al campo 2 a 6550 metros directamente, pero nos detuvimos a pensar y es que una jornada de 2000 metros de un solo tirón era mucho. Nos establecimos en el campo 1 a 5550 metros y pasamos nuestra tercera noche a esa altura para aclimatar mejor. Después el plan era desmontar la tienda del C1 y trasladarla al C2 a 6550 metros, que son 1000 metros de desnivel y dependemos sobre todo del clima y el viento en esta altura.
Salimos a las 8 am después de empacar, vamos Mingma Sherpa y yo, avanzamos despacio por las pendientes. Llegamos en unas dos horas a la arista donde hay que subir en una pendiente fuerte y alcanzamos a los tres rumanos que van al C2, uno de ellos termina los 14×8000 en ésta montaña, es Peter Hamur, y al alcanzar las cuerdas unos 300 metros más arriba, comienza a soplar el viento de altura, es infernal, paro, saco los guantes dobles y me los pongo, estoy con la chaqueta de plumas y no se ve nada, solo cómo los rumanos tratan de soportar tremendo viento.
Miro atrás y nada, Mingma no viene. Yo sigo, avanzo un poco más y pienso que si llego al C2 y qué hago si Mingma no sube, así que me bajo.
Comienzo el descenso por las cuerdas que me guían y me encuentro 100 metros abajo a Mingma confuso, esperando a ver qué hacemos, le digo que intentemos subir, pero me dice que no, que es mejor esperar en una tienda montada por otra expedición vacía que estaba ahí cerca.
Nos metemos, pasan las horas y el viento es peor, así que decidimos dormir allí.
Amanece y el viento no para, son las 6, las 7, las 8 y sigue arremetiendo.
Está despejado pero sopla fuerte. Decidimos empacar y salir hacia el campo 2. Hemos pasado a 6400 metros una noche mala, con dolor de cabeza.
Salimos a las 10 am y al comenzar a andar se produce el milagro, el viento pasa y todo es paz.
Los Rumanos bajan al campo base, han terminado su proceso de aclimatación una noche en el C2.
Llegamos a las 11h30 am al C2, estamos muy contentos, es un serac (bloque de hielo) gigante que está separado en dos pedazos como una grieta gigante, ahí al resguardo de este bloque nos podemos quedar.
Hay dos tiendas y nosotros ponemos la tercera. Hemos hecho bien en venir hoy. Estoy feliz por la ayuda divina.
De pronto el clima es tan bueno que se me ocurre subir a ver a dónde llegan las cuerdas, ya que había un rumor de que estaban 400 metros más arriba, fijadas desde el campo 2 al 3 donde el camino es más empinado, con mucho hielo y sin cuerdas fijas, es muy riesgoso bajar.
Tomo agua, dejo la mochila y me aventuro. Subo por la primera cuerda y están algunas enterradas, tengo que ir abriendo la huella y desenterrando las cuerdas en tramos, me siento en un lugar inhóspito e inmenso que me colma el alma de paz y me siento muy feliz, pero con miedo, es una extraña sensación estar aquí, ahora en este lugar y cada montaña tiene su energía y el Dhaula es muy fuerte y energética.
Subo los 400 metros de cuerda, me alejo cada vez más, a mis pies es tan solo abismo y a pesar de estar enganchado a la cuerda da miedo. A la 1:30 pm llego al final de la cuerdas, son 600 metros de desnivel que he hecho en tres horas, estoy muy contento y he alcanzado los 6950 metros de altura, que aquí no es nada, es un punto en todo este mundo infinito. Estoy a 1200 metros de la cima pero el camino no es hacia arriba solamente, desde el campo 3 de ésta montaña tienes que hacer la travesía que es muy larga y ganas altura poco a poco, hasta hallar al canalón de la cima y subir por ahí.
Estoy feliz, filmo algo. El paisaje es espectacular, ver los himalayas. Qué sueño tan bello estoy viviendo.
Bajo y en 30 minutos estoy en la tienda, he terminado mi aclimatación y ahora es esperar la segunda noche en el campo 2. Lloro de emoción y agradezco por este regalo a la vida y a Dios.
La noche pasó tranquila y hoy bajamos en tres horas desde el campo 2 hasta el base.
El tiempo se ha empeorado, no para de nevar y ahora sólo resta esperar la ventana de buen tiempo para ir a la cumbre.
Un abrazo para todos, gracias por sus mensajes y apoyo.
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