Diario de expedición N.2
Queridos amigos latinoamericanos, de Ecuador y del mundo de habla hispana:
Les saludo desde el Himalaya. Acabo de completar mi primera rotación en el proceso de aclimatación para ascender mi décimo 8000.
Les cuento un poco cómo ha sido este desarrollo: estuvimos cuatro días en el campo base para instalarnos y teníamos una ventana meteorológica favorable para los días 1, 2, 3 y 4 de julio. Sin embargo, las cuerdas fijas entre el campo base y el campo uno aún no estaban colocadas. Esta es la parte más complicada del ascenso, así que un grupo de sherpas se encargó de instalarlas durante esa primera rotación. Gracias a su trabajo, pudimos alcanzar el Campamento 1.
Fue una jornada de seis horas y media, con un camino bastante largo y mochilas muy pesadas. Transportamos todo lo necesario para pasar dos noches allá: tiendas, olla, reverbero, comida, colchoneta, sleeping bag, ropa de abrigo, medicinas, cámaras y todo el equipo técnico de montaña: arnés, crampones, piolet, botas, etc.
El propósito de estas rotaciones de aclimatación es someter al cuerpo a un proceso de hipoxia controlada, es decir, de baja concentración de oxígeno. Al no haber suficiente oxígeno disponible, el cuerpo comienza a producir más glóbulos rojos para adaptarse. Es un proceso natural que requiere dormir noches a 6000, 7000 y hasta 8000 metros, dependiendo de la montaña, lo que ayuda a preparar el organismo para el ascenso final.
En esta rotación subí junto a mi compañero y porteador, aunque más que porteador, ha sido un gran compañero de camino. Dormimos dos noches seguidas allá arriba. No puedo negar que fueron noches muy complejas para mí. La primera noche fue especialmente dura, tuve que atarme con cuidado y lidiar con el malestar de altura. La segunda fue un poco más llevadera.
Después descendimos. El regreso tampoco fue fácil, pero logramos llegar al campo base el 1 de julio. Ahora estamos descansando. Mañana tendremos la ceremonia de la Puya y también hemos recibido la noticia de que un grupo subirá a fijar las cuerdas hacia el campo dos. Así que nosotros también saldremos hacia allá, en nuestra segunda rotación. Ya les contaré cómo va todo.
Quiero aprovechar este mensaje para enviar un saludo y compartir algo que me llena de emoción: he tenido el honor de llevar en el pecho, junto al corazón, las marcas de Saludsa Vitality, BGR del Ecuador, Analgan Rapid y Kailas.
El equipo de montaña de Kailas ha sido extraordinario. No solo es de altísima calidad, sino que me ha dado la confianza necesaria para estar aquí.
Probé tres de los productos de Andes Natural en el campo uno y fueron una maravilla, excelente elección para mi comida de montaña.
También quiero destacar Analgan Rapid, un producto de primera. Durante la rotación varios porteadores me pidieron ayuda por dolores, infecciones y malestares generales y gracias a Analgan Rapid pude aliviarles su dolor fisico. Hemos creado una red de apoyo muy valiosa aquí.
Además, estoy ganándome algunos puntos (je je, creo que serán varios) para mi reloj Apple Watch gracias a Saludsa Vitality, de mis empresas favoritas, porque mas que auspiciantes son amigos, porque mas que cubrirnos enfermedades, se ocupan de ayudarnos a mantener una buena salud.
¿Y qué les puedo decir del banco de las fuerzas armadas del Ecuador? BGR del Ecuador, ya todos sabemos que es de las mejores empresas bancarias, me ha dado una gran herramienta para tener mis ahorros protegidos mientras escalo, en una entidad totalmente segura.
Quiero agradecer, con todo mi amor, a mi hermosa esposa Clau, por su apoyo constante, por cuidarme desde la distancia, por sus consejos, por su protección amorosa y por su energía que siempre me acompaña. También a mis padres, cuyo apoyo ha sido fundamental en todo este proceso.
Desde campo base, rumbo a mi décimo 8000, les cuento que todo está bien. Hoy ha sido día de lavar ropa, de cambiarme de tienda (¡me habían mandado una muy chiquita!) y sobre todo de descansar.
Un abrazo a todos. Gracias por seguirme, leerme y espero poder inspirarlos con este proyecto. Gracias por sus mensajes en redes.
Santiago Quintero