Entrenado subiendo al Cayambe

Quiero compartir con todos ustedes lo feliz que me siento, ya que gracias a dios y también al incondicional apoyo de mis auspiciantes y de un excelente equipo humano liderado por mi novia Claudia, me estoy yendo este 25 de marzo rumbo a mi desafío extremo 2008, el Makalú, 8463 m. Lo más grato e importante de esto es el aprendizaje que he descubierto de esta historia: los seres humanos vivimos tan pendientes de nosotros mismos que ni siquiera pensamos en cuanto necesitamos los unos de los otros en esta maravillosa vida.

El darme cuenta de esto, es lo que permite que me conecte con este proceso y acepte con humildad este desafío que me lo planteo como un compromiso con cada persona que sueña y quiere cumplir lo que tanto anhela.

Por eso este proyecto esta promoviendo dos cosas importantes: bajar la basura del campo base y llevarla hasta Katmandú y lograr la cima sin O2 (oxígeno suplementario) y sin D2 (dedos).

Por eso es que este feriado la playa tuvo que esperar, y decidimos junto a Felipe Endara, un amigo, unir fuerzas y compartir un entrenamiento. Fuimos desde Conocoto hasta el refugio del Cayambe en bicicleta y luego subimos a la cumbre que está a 5790 m.

Estuvo fuerte, sobre todo por la subida al refugio a la cual se le añadió el gran peso del equipo para escalar la montaña.

Mil gracias a todos por su apoyo y cariño. SanK2.

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