Lunes 20 de julio de 2009

Hola amigos del Ecuador y del mundo,

Por fin les escribo sin tener que sufrir porque la batería de la compu se acaba, sin tener que ir de expedición en expedición prestando los paneles solares y sin tener que dejar de hacerlo porque simplemente no tengo cómo.  Así me ha tocado en esta expedición, sufrir porque no teníamos generador y el que nos acompaño al inicio de la expedición a la primera de bastos se dañó y recién ayer por fin llegó el nuevo generador, cuando menos lo esperábamos y estoy escribiendo con el ruido del motor de un aparato valiosísimo para los que enviamos crónicas desde las montañas más remotas y  desde este rincón aislado de todo el mundo llamado campo base del K2.

Gracias a Claudia se lograba mandar las crónicas porque mientras yo escalaba, ella cargaba los equipos  y tenía todo listo para enviar  la noticia de cómo va la expedición. Así que su presencia en el campo base ha sido de una ayuda tremenda para esto y para la comunicación por la radio, cuando le pedíamos que nos avise si es que va a cambiar el tiempo corría a averiguar en internet y en la expedición de Gerlinde (que muy amablemente nos ha dado una mano con el parte meteorológico). Gracias Amor por tu ayuda.

Les cuento que hoy 20 de julio, ha terminado mi periodo  de aclimatación, logré llegar al campo 3 a  7300 metros después de una espectacular escalada por el sector más difícil del K2: la pirámide negra, de roca, hielo y nieve, con pasos verticales.  Sectores inolvidables, precipicios interminables y al final una rampa o pala de nieve que parecía no acabar.

Salimos el 16, sabiendo que era nuestra última oportunidad de plantar el campo 3, ya que para montar cada campamento se tiene que llevar no solo la tienda sino todo lo necesario para vivir allí arriba y a esta altura se necesita muchas cosas.

El plan fue salir el 16 directo al campo 2 que está a 6700 metros y toda la subida nunca es menor a 45 grados de inclinación.

Salí junto a Kurban (el porteador de altura) más tarde del resto del grupo. La ruta empieza más o menos a un km de distancia desde el campo base  y desde este lugar comienza la rampa empinada de nieve que conduce al campo uno. Para subir asegurado se van poniendo cuerdas a lo largo del camino.

Al comenzar la rampa comenzaron los dolores en el tobillo. Era como una tortura tener que estar en este lugar. Pensé aquí se acaba todo, bajo y se terminó,  no más dolor en el tobillo , ni en  los pies ni nada, la fricción del plástico de las prótesis con la piel era insoportable y  como no pude parar a quitarme la bota hasta un lugar plano, me tocó seguir hasta el campo uno. Al llegar me cambié las medias, me ajusté la bota y el dolor bajó casi un 70%.

Ahora a subir al campo 2. En este tramo hay muchos lugares donde hay que apretar escalando en roca, donde las cuerdas son indispensables para bajar. Al hacerlo siempre voy rezando a Dios para que no se rompa ya que son cuerdas muy malas.

La parte más hermosa es llegar a la famosa “chimenea house” , son 30 metros verticales y es el tramo final para llegar al campo 2. En esta hay una escalerilla para ayudarse a subir, y después una rampa de 140 metros de nieve. Al llegar  plantamos la tienda en medio de un vendaval de frio y viento. Finalmente nos pudimos meter a la tienda a esperar la noche. Fueron 13 horas metido en la carpa, hubo tiempo de sobra para cocinar, pensar, orar y tratar de dormir.

Llegó la mañana y salimos de nuevo media hora tarde (siempre me demoro más que el resto por la colocación de mis prótesis)  rumbo al campo tres. Este es el lugar más difícil del K2, son 600 metros de desnivel y todo es escalada en roca y terreno mixto. Qué maravilla estar ahí.

Comenzó ésta hermosa escalada, dura como ella sola y larga como nunca me imaginé. Más de una vez me preguntaba cuándo terminaría y seguíamos subiendo y subiendo, hasta el cielo infinito. Llegué cansado y fatigado. Subir a esta altura y con esta pendiente es muy duro. El corazón se esfuerza como nunca antes lo había hecho y es por eso que el K2 es el K2.  Ahora lo entendía.

Ya en el campo 3 intenté dormir algo pero los pies helados no me dejaron dormir, sólo descansé.

Al  llegar la mañana las voces de las otras carpas me hicieron levantar. Entre el sueño y la pereza levantarme a cocinar el desayuno.

Una vez listo, salí. Afuera el viento y la cantidad de nieve que había caído era una espeluznante escena. Tenía que bajar como fuere. Pregunté por Jorge y su novia me dijo que se fue a la cima. Dentro de mí pensé que él estaba loco al haberse ido con este tiempo.

 Todos nos disponemos a bajar y comenzó un descenso peligrosísimo. Bajo a buscar las cuerdas las que encuentro enterradas 100 metros más abajo. Feliz le grito a mis compañeros que tengo la cuerda fija, que tengo el camino hacia la vida. Ellos deciden quedarse a esperar a Jorge porque no querían descender con tanta nieve. Decido aprender 2300 m de descenso solo, en busca de mejor aire y más alivio. Para esto en el campo 2 me curé el pie que me estaba molestandoy todo volvió a la normalidad. No más dolor gracias a Dios y ahora como tener pies enteros y feliz de estar  bajando y enfrentando  esta experiencia solo en el K2.

Ahora en campo base sueño nuevamente con la cima. Terminé por fin mi proceso de aclimatación y espero en pocos días volver a subir y atacar la cima.

Es un sueño que he esperado 25 años de mi vida y que lo llevo en mi corazón. A veces pienso que no es real y también a veces, no logro disfrutarlo por lo duro que es. Pero ya estoy en la recta final. Queda pocos días para mi ataque a la cima. Espero hacerlo bien, por mí, por Ecuador y por todos los que creyeron en la totalidad de las posibilidades…

 Tengo que felicitar a mi compañero Jorge Egocheaga, quien logró la cima del K2 el día de ayer 19 de julio en solitario desde el campo 3. Nos ha dicho que intentará subir con nosotros en los próximos días pues quiere estar ahí con su novia y ayudarnos a todos. Gracias Jorge.

Siempre estaré agradecido a la gente que creyó en este proyecto:   al Ministerio de Turismo junto con la marca Ecuador, La vida en estado puro,  al Ministerio del Deporte, Salud S.A. y a Chevrolet. A las miles de personas que siempre me siguen por la web. A mis padres y mi familia, mis amigos y por supuesto a todos los medios de comunicación que han ayudado a difundir un sueño, un deporte, un logro para el país, una motivación para mi gente.

Les pido que oren por favor para que logremos todos, como país,  subir a la cima del K2 sin D2  a 8611 m.

 Les quiero mucho y les mando un  fuerte  abrazo.

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