Sábado 01 de agosto de 2009

Amigos, tal cual lo planeado, Santiago salió esta madrugada para emprender su segundo y último intento a la cima del K2. Estaba calmado pero lo noté un poco cansado de tener que volver a escalar esas largas cuestas por tercera o cuarta vez hasta el campo 3. Sin embargo, siempre me sorprende su gran voluntad la cual por encima de cualquier pensamiento de cansancio hace lo que tiene que hacer.

Son las 14h35, me acaba de llamar por radio y me dijo que está llegando al campo 2, a tan solo 10 minutos. Hizo siete horas de escalada, siete horas para subir 1700 metros de desnivel. Para mí, eso es increíble. Eso me da tranquilidad el saber que está todavía fuerte.

En su voz escuché nuevamente al Santiago de las montañas, feliz, entusiasmado. Me dijo: “listo, un día menos y uno más cerca de la cumbre”.

Me alegro por él porque ésta vez empezó su escalada con un clima más favorable. Eso anima a cualquiera.

Yo estoy sentada en mi tienda de dormir, con las puertas abiertas viendo el K2. Imaginándome cómo será estar ahí arriba. Y agradeciéndole una vez más a Dios por tantas cosas bonitas que él ha creado. Si no fuera por el frío y el viento esto sería un paraíso al cual se podría regresar siempre.
Hoy casi todo el día fue soleado, sólo ahora un poco de viento (para variar).

Mañana les contaré cómo van las cosas. Sin embargo puedo adelantarles que ahora todo puede salir mejor gracias al cambio de clima pero por sobre todo, gracias al cambio de la actitud de todos los escaladores, los cuales (son como 15 en total, poco número comparado con los que van a otras montañas) se han reunido ayer y han decidido unir sus fuerzas para poder llegar a la cumbre y bajar todos bien. Eso para mí es una gran lección que la vida no está enseñando.

Un fuerte abrazo a todos. Gracias por sus mensajes que me dan ánimo para seguir cada día fuerte y a Santi le dan ánimo para avanzar en su sueño, que como nos sorprendemos siempre, ya no sólo es sueño de uno sino de muchos.

Un besote,

Claudia

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