Viernes 26 de Marzo de 2010

“Estamos a 25 o 26, no sé exactamente pues ya he visto el reloj que me indica el tiempo, la fecha y la hora. Ahora solo una fecha está presente en mi cabeza: el 9 de abril. Es el día que emprendo mi viaje a otra montaña desconocida por mi, el Annapurna de 8091 metros de altura y queda en los Himalayas. Uf!!! Si supieran lo que significa para mi. Los sueños no acaban, siempre vienen más, con mas fuerzas y ganas. Así es la vida, mi camino, seguir y seguir, adelante…

Más que datos quiero contarles como me siento antes de este viaje. Estoy feliz, lleno de trabajo y tratando de no estresarme (esta es la parte me más me cuesta). Pienso que tomé esta decisión en uno de los momentos más oportunos ya que tenía pensado volver al K2 este año y me di cuenta que quería volver a ella por otras razones más que por escalar y servir, además se iba convirtiendo en un viaje con poca probabilidad de hacerlo y la vida me indicó o mejor dicho me mostró otro camino.

Vuelvo a Nepal y me emociona. Es un reencuentro con su maravillosa cultura, tradiciones, lengua, espiritualidad y la mística de sus montañas, y me siento tranquilo de haber tomado esta decisión y haber aceptado que tan cerca o tan lejos nos quedemos de nuestra cima no importa en la medida en que esta se convierta en un sueño y no en algo obsesivo. Por eso dejo el K2 para otro momento. Este año mi hermosa montaña K2 tendrá que esperar.

Les cuento que me he propuesto para el 2010 emprender el proyecto de escalar dos picos de más de ocho mil metros. Ya les contaré a mi regreso del Annapurna cuál es el segundo de estos.

Me despido del país seguro de dar todo de mí para este año y regresar con estas dos medallas de oro.

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