Lunes 26 de abril de 2010
Ecuatorianos y amigos del mundo,
Les cuento que finalmente pudimos montar el campo 3. Nunca en mi vida he tenido tanto miedo de morir, tanto, que casi decido dar por terminada esta aventura. Resulta que salimos el jueves 22 directamente al campo 2, a 5600 metros , al cual llegamos después de 6 largas y duras horas de jornada. Fuimos solo mi sherpa Pemba y yo.
Al llegar a las 11 de la mañana (nos habíamos ahorrado todo el sol del medio día que deshidrata bastante) y una vez armada la carpa nos pusimos a cocinar tranquilos.
A la 1 de la tarde comenzaron a acercarse las nubes y a las 4 empezó a nevar incesantemente por cuatro horas sin parar, hasta las 8 de la noche. Habían caído por lo menos 25 cm de nieve fresca y esto nos preocupaba por las avalanchas en el cono, ya que el peso de la nieve en los seracs facilita la caída de estos. Con esta preocupación en nuestras cabezas fuimos a dormir.
Nos levantamos con el sonido de los hornillos derritiendo nieve. La noche estaba tranquila sin viento y en silencio. Los cuerpos acostados en los sacos de dormir y la respiración condensada en forma de hielo en las paredes de la tienda. Tomamos nuestra primera taza de té. Llenamos las cantimploras y comenzamos a vestirnos y empacar todo lo que llevaríamos al campo 3.
A las 5h30 de la mañana nos pusimos en marcha con la intención de pasar la parte más peligrosa de esta montaña justo antes de las 11h00 porque es a esta hora donde el calor es mayor.
Subíamos por las pendientes nevadas. Iban adelante tres sherpas de la expedición coreana. Cuando llegamos a la base del cono, se escucha el estruendo y la visión más escalofriante que he visto en mi vida: una enorme avalancha comienza a caer en cuatro segundos. Sólo alcanzo a pensar en que alcanzará a los sherpas de lleno, lo que pienso es que morirán, y lo peor, que no puedo hacer nada, me siento impotente, dejo la mochila y me dispongo a salir corriendo a dar ayuda con mi sherpa. Pero Pemba sólo dice: oh no, my god, no posible, con una voz de enorme pena que me conmueve. Ellos son tres puntitos en esta enorme masa blanca. La avalancha los alcanza, al tercer sherpa le cae de lleno y la nube de polvo viene hacia nosotros. Salimos corriendo y nos agachamos a esperar que el polvo nos llegue. Pasa toda esta nube de polvo y lo primero que hago es ver como están los sherpas. Es increíble, están los tres puntitos que se mueven rápido, que alegría están bien, les gritamos y elevan sus brazos triunfantes y contentos. Qué bueno, pero los sherpas han visto a alguien mas y yo me acuerdo que había un escalador iraní que bajaba solo, en ese momento se me paraliza el corazón, pasan pocos minutos cuando de pronto lo veo venir tosiendo, completamente lleno de nieve, se ha salvado de milagro y no me lo creo.
El me dice que yo soy un hombre de suerte porque la avalancha no me tocó, así que eso me motiva y sigo adelante camino al cono rezando el padre nuestro, mantreando “om mani pad me hum” (el mantra del amor), envolviéndome en luz blanca, haciendo el sin ram y pidiéndole a la montaña, además enviando energía reiki a los seracs, mejor dicho, todo lo que he aprendido gracias a las ayuda espiritual de mi Claudita.
Quien me ha involucrado de forma milagrosa en estos caminos, donde comprendo que todo lo que vivimos no es algo que viene de lo externo y las cosas hay que crearlas dentro de uno para que sucedan afuera. Esto me ha costado muelas creerlo y practicarlo, pero aquí, así sea media hora tenía que hacerlo quiera o no quiera. Es increíble como el Universo nos pone a conectarnos en estas circunstancias, cuando casi siempre estamos cómodos en nuestra cama y no queremos doblar rodillas, orar y agradecerle por lo que es nuestra hermosa vida. Después de 6 horas duras de lucha llegué al campo 3. Al llegar todo estaba ocupado, no había sitio para una sola tienda, todo el campo estaba lleno.
Pemba llegó una hora mas tarde, el pobre cargado más que yo. Para esto, nos habían prestado una carpa para dormir los coreanos, y nos metimos en esta, e hicimos la misma rutina de siempre: derretir hielo para hacer agua y a beber, beber y beber.
Me sentía fenomenal en el campo 3. Había terminado mi proceso de aclimatación. Qué felicidad.
Los otros grupos de expediciones que están en la montaña ya están aclimatados e intentarán seguir hasta la cumbre. Mañana martes deberán llegar.
Para mí había una duda sobre si seguir de una vez a la cima o no, pero se disiparon cuando me acordé que no tenía acá arriba mi pantalón de plumas. Así que después de una noche en el campo 3 bajé de nuevo al campo base. Ahora me tengo que relajar y esperar la segunda ventana de mayo para el ataque a la cima. En este ataque iremos solo cuatro personas.
Bajando por las cuerdas solo me enfrento a un pensamiento: el cono y sus avalanchas. Al acercarme a este me apuro a rapelar más rápido y llego a las dos últimas cuerdas. Comienzo a bajar, termino el rapel y de pronto, mi pie derecho cae en un hueco y mi cuerpo se inclina hacia abajo. Mi pierna se dobla hasta hacer un ruido extraño y me empieza a doler. Me he torcido la rodilla, no me queda otra cosa que comenzar a caminar con una molestia que se agudiza a cada paso. Pienso si es el final de este viaje o que pasara. Solo le agradezco a Dios por lo bondadoso que es, porque nos ha cuidado. Llegamos al campo base con todo y lesión, en 5 horas. Estamos muy contentos de estar aquí porque al bajar todos los grupos que suben hacia la cima tenían sus caras llenas de tensión. La mejor de las suertes a todos. Que dios les bendiga. Desde el sábado que estoy en campo base me estoy haciendo una terapia con aceites esenciales y estoy usando una tecnología magnética que me han curado a un 90% la rodilla. Así que pienso que de ley esta escrito que intentaré el ataque final a la cima del ANNAPURNA, a 8091 metros . Al parecer será para los primeros días de mayo, como el 5. Tendré paciencia.
Ya les contaré como bajan los otros amigos que planean subir mañana a la cumbre. Les agradezco enormemente sus correos y a todos los que nos siguen en esta aventura le mando muchos saludos. A Fercho, a quien quiero mucho y espero se recupere de su rodilla pronto. A Hernán y el Flaco, la gente de Suesca, colombianos bellos, un abrazo siempre los pienso porque ustedes me ayudaron a volver a escalar. Gracias por su amistad y su don de gente.
Y aquí estamos y estoy en esta aventura que llega a casi su ataque final espero que sea el primero y definitivo no como el 2009 que fueron 3. Ufffff!!!!
Un gran abrazo a mi madre que se merece lo mejor en su nueva etapa. Y a ti, mi cielo, mi Claudia, que haces que estas líneas se lean desde el otro lado del mundo. Mil gracias por estar a mi lado todos estos años, todos los días, cada minuto y apoyarme.
Agradezco a mi amiga Marisol, al Doc. Concha, a mis auspiciantes SALUD S.A, CHEVROLET, COCA COLA VIVIENDO POSITIVAMENTE Y AL MINISTERIO DEL DEPORTE. MIL GRACIAS POR SU APOYO Y POR CONFIAR EN MI. Agradecer a los colaboradores que están siempre dispuestos a entrar en la jugada: Grupo El Comercio, Energizer, Programa Día a Día.
Y como no agradecer a los medios que hacen posible que llegue estas buenas nuevas a mucha gente. Gracias amigos, medios de comunicación que me permiten llegar a cientos de ecuatorianos.