Viernes 07 de Mayo de 2010

Hola Amigos del Ecuador y del mundo,

Aquí estamos en el campo base esperando con paciencia y optimismo. Ahora lo que el parte metereológico indica, es que vienen unos días de buen sol pero con mucho viento en la cima, lo cual no sirve para escalar pero sí para que la nieve acumulada de estos días se limpie. Mañana salen dos compañeros a poner una tienda en el campo 2 y pasar una noche, ahí, tal vez pasado mañana, yo salga hacia el campo 1 (para hacer ejercicio y no perder la aclimatación) y bajar con ellos que se quedan una noche en el campo 2.Los días 14, 15 o 16 son los días que nos han dicho los informes que servirán para hacer cima. No sabemos cuál todavía pero esos son los días de la ventana. Los esperaré con paciencia, con algo de expectativas, pero sobretodo con amor.

Somos un buen grupo, pequeño pero bueno, y las condiciones de nieve y viento son las que mandarán, en este intento, y dirán si la cima será nuestra (por decirlo así). Ya les contaré cómo nos fue. Lo último de comida para la cima la he repartido entre los cuatro que estamos. Ah, los chocolates, papas fritas, frutos secos, que son verdaderas delicias en el campo base.

Me siento ahora más tranquilo. Me ha abrumado este periodo de mal tiempo y espera, más mi rodilla que esta a punto de curarse para intentar la cima, me ha hecho entender que todo es perfecto, que todo se da por algo. Dios quiere que subamos a la cima, seguro que Dios si quiere eso.

Sé que todo es interno y han “coincidido” muchos factores en mi vida este año 2010. Ha sido hermoso hasta ahora. Voy a dos expediciones al Himalaya y esto me hace ser muy feliz.

Quiero (no se imaginan cuánto) alcanzar esta cima. He esperado, he pasado sustos, he tenido que bajar con toda la humildad del caso, cuando el grupo grande subía para cima y mi aclimatación recién se completaba, más lo de la rodilla, etc.

También he aplicado en un pequeño ejercicio de estudio de un libro que se llama “Conversaciones con Dios”, es el tomo 2. Ya leí el tomo 1 en Quito y este ha sido toda una revelación, un contacto con mi Dios, el cual permanentemente he dejado por una constante de vivir las cosas externas y no las del alma.

Ahora estoy seguro que este ejercicio de estudio espiritual (no por miedo sino porque me hace falta estar cerca de mi verdadero yo) hace que m de cuenta quien realmente soy. Cómo reacciono a todo y desde dónde vienen mis pensamientos.

Y se que el amor es la solución para toda respuesta que estamos buscando. ¿Qué haría el amor en este momento? es la pregunta que debo realizarme a mi mismo.

Nada de esto que escribo ha ocurrido por coincidencia. Llegó en momentos en que me encontré realmente solo y tuve mucho miedo de subir. Solo, me ponía a llorar, limpiando un montón de culpas y cosas mías, y sé que algo se limpiaron. Cuando no había más que hacer, este único libro que traje al campo base lo leía pero sin ponerle mucha atención, solo para tener algo que hacer.

Al acabarse el libro, me quedaron nulas las actividades en el campo base, ya no había nada que hacer, así que volví a leer capitulo por capitulo y comenzaron a llegarme las respuestas. Entendí que el miedo aleja lo que queremos realmente. La mente y los pensamientos no son la conexión para buscar acercarnos a los resultados que queremos. Son importantes porque son la semilla creadora. Pero no bastan por si solos.

Yo le pregunto a la vida y a Dios, si es mucho soñar con lograr una cima de 8091 metros llamada Annapurna. Pido se me conceda la cima de esta montaña y la bajada sea segura, deseo en lo más profundo de mi ser ir para arriba. Hubiera sido más fácil decidir darme por vencido y abortar la expedición para ir a casa y no hacer el intento a cima, pero así no es mi espíritu, aunque nos quedamos solos hay que intentarlo.

Quería compartir con ustedes estos momentos muy importantes en mi vida, cuando lo que buscaba era sentirme menos solo y buscaba amor, solamente el amor de Dios. Ahora siento que este amor llegó de a poquito pero llegó y estoy más tranquilo.

El libro dice que todo es perfecto que nada es por azar y ahora entiendo que es así. Han tenido que ser así las circunstancias en esta montaña y ahora no hay juicio al respecto. Siempre fui un juez de mi vida y la de los demás. Hoy estoy comenzando a dejar de hacerlo porque comprendo que todo es perfecto y es la voluntad de Dios realizándose. Solo le puedo entregar este esfuerzo a El y dejar que guíe mis pasos hacia arriba.

Les quiero mucho y espero contarles que logramos bajar sanos y salvos de la cima del Annapurna.

Que así sea.

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