Viernes 04 de junio de 2010

Queridos amigos,
El día 18 de mayo cuando se suponía que bajaríamos de la cima del Annapurna, recibimos la noticia de los dos sherpas que llegaron al campo 3, que este habia desaparecido por una avalancha. Esta noticia hizo que acepte con mas facilidad el no haber podido llegar a la cima, ya que sin el campamento 3 hubiera sido de todas formas imposible continuar para arriba e irremediablemente tocaba bajarnos.

El 19 llegó el helicóptero al campo base para recogernos y con el llegó la ilusion de volver a casa.

Ya en Katmandú me reuní con viejos amigos y fuimos  cenar.

Volé de regreso el día 21 y finalmente aterrisé en Quito el domingo 23 a las 8 am. El martes 25 me hice la revision de mi rodilla con el Doctor deportólogo Oscar Concha y me dio la gran noticia de que no tengo roto el ligamento, solo es una inflamación típica de los deportistas. Me pusieron un aparato para inmovilizar la pierna por 20 dias y nada mas. Luego unos dias de rehabilitacion y podré enseguida volver a entrenar para la siguiente expedición que será en septiembre, vuelvo a Nepal a otra motaña de mas de ocho mil metros.

Como lo escribió el famoso escalador que subió por primera vez esta montaña Maurice Herzoc: “hay un Annapurna en la vida de los hombres”….. Sí que es verdad, y esto me hace reflexionar acerca de esta sencilla pero profunda frase ya que después de enfrentar mis miedos en una montaña tan peligrosa y complicada he descubierto que ha pesar de momentos de frustración puedo estar profundamente agradecido a la vida por las oportunidades de crecimiento, que me van puliendo día a día para algo mejor. Agradecido de estar sano y a salvo, en casa.

Me he encontrado con la sorpresa de que mucha gente siguió esta aventura, que no tiene fin, que es la aventura de todos y que muchos se motivan a seguir a delante. Me siento orgulloso de representar a mi paìs. Los ecuatorianos somos unos guerrreros y por lo pronto, este año la aventura continua.

Me dedicaré en los dos siguientes meses a descansar, luego entrenar y también a dar las charlas de motivación que me comprometí, para llevarle una luz a aquellas personas que mas la necesitan.

Seguiremos adelante. Una vez más agradezco todo su apoyo, todas sus cartas y todo su cariño.

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